CAPITULO 35

Guillermo empezó a sumergirse en el alcohol, para el todo lo que estaba sucediendo era una verdadera pesadilla, no sabía cómo enfrentar todo lo que estaba sucediendo dentro de su corazón.

Tenía mucha rabia porque sabía que todo lo que estaba sucediendo fuera por su culpa, si él hubiera puesto un freno en la llamarada de la pasión y hubiera hablado con el corazón las cosas hubieran sido muy diferentes.

Natalia había sido su confidente durante mucho tiempo porque era su esposa, le había confesado aquel secreto que lo había llenado de tanta tristeza durante años.

Se había prometido a sí mismo que Paulo nunca se iba a enterar de nada de lo que había pasado, decidió hacer una diligencia que solamente le correspondería a el.

Fue a la cárcel, necesitaba hablar con una persona de allí, tenía que decirle que secreto que había guardado durante todo este tiempo estaba en peligro.

— me prometiste que nunca mi hijo se va a enterar, es lo único que te he pedido desde hace tanto tie