CELOS

CAPITULO 5

Pasaron los días....

Los dos estaban al límite del deseo, pero intentaban no perder el juego de la resistencia.

Carolina empezó a tomar mucho más control de la empresa, ella quería estar al tanto de todo, para tener información de primera mano.

Se citó con Gustavo en un restaurante 

— No he conseguido nada, quizás el no es el culpable de lo que sucedió, Guillermo es un buen hombre yo no creo que el sea capaz de algo así — ella sentía que el amor empezaba a crecer dentro de su corazón y por ende quería creer que él no era capaz de asesinar.

— Yo tengo la certeza que el mato a tu padre, no debes bajar la guardia — fueron las palabras de Gustavo, que le decía que el investigaría por su cuenta.

— quiero que te alejes de mi mamá, no se con que razón estás con ella, pero si no hacen esto oficial creo que lo mejor es que te alejes de ella — Carolina detestaba saber lo que sucedía en casa mientras Guillermo trabajaba.

— Ya lo hablé con ella, y creo que tienes razón — Gustavo le dio un beso en la mejilla — Recuerda que Guillermo es un gran encantador y que puede hacer que todo el mundo se enrede en sus pies —.

Carolina estaba en medio de una dualidad, por un lado estaba Guillermo el hombre que odio todos estos años y por otro estaba Guillermo el hombre que le estaba llegando al corazón.

— Está noche tengo una cena de negocios, generalmente Pablo me acompaña pero Fanny lo tiene ocupado con todo lo de su cena de mañana ¿Me puedes acompañar?— Guillermo empezaba a darle más responsabilidades a Carolina.

Carolina era muy inteligente y había logrado avanzar en la empresa, es más ella sentía que podía ocupar otro cargo de más rango y por eso Guillermo quería que ella estuviera al día con todo lo que pasaba en la empresa con los socios y demas

Carolina se alistó para ir a aquella cena, intentaba mantener la distancia de Guillermo lejos del terreno laboral, ella propuso el juego no como una manera de seducción si no de decirse a ella misma que podía salir de alli.

Guillermo y ella llegaron donde estaba Rubén Myles, uno de los herederos más ricos del país y que había decidido hacerse cargo de los negocios de su padre que pronto iba a heredar, pues el hombre ya estaba en sus últimos días de vida.

Ruben quedó maravillado con la belleza de Carolina, cuando la vio entrar al lugar se levantó de inmediato de la mesa y le dio la mano en señal de caballerosidad no sin antes darle un beso en la mano, rindiéndose a sus pies.

Guillermo no estaba de acuerdo con este gesto, su molestia pero en especial sus gestos fueron más que claros al ver esta demostración de coqueteo.

— La verdad es que no sabía que tú hija era tan bella — Rubén estaba encantado con ella, y Carolina se llegó a sentir un poco incómoda.

— No soy su hija, soy su hijastra — Aclaro de inmediato Carolina, antes aclaraba esto porque sentía que era lo mejor por el odio que sentía por Guillermo, ahora lo hace porque siente que no puede seguir sintiendo esto por el y que la llame " hija".

— Gracias, pero venimos aquí para hablar de las exportaciones, queremos hacer un trato con tu empresa después del cierre de tu anterior transportadora, sabes que siempre fuimos la segunda opción de tu padre y no fuimos la primera solo por la amistad que lo únia a mi familia — el padre de Rubén siempre tuvo el lema que para no perder un amigo era mejor no hacer negocios de mucho dinero con ellos.

Por eso a pesar de ser Guillermo la mejor opción para el manejo de exportaciónes, el padre de Rubén se fue con la segunda mejor empresa siguiendo sus ideales.

— La verdad es que con Papá miramos su portafolio, y el siempre supo que ustedes eran la mejor opción, siempre tuvo miedo que ustedes dos tuvieran una discusión y su amistad terminará, pero conmigo no los une una amistad por ahora — Rubén dedicó toda la cena en mirar y cortejar a Carolina.

— Los negocios no tienen que basarse en la amistad, son una piscina de tiburones y no creo que ese tipo de lazos se deba romper solo por un mal negocio, además Pablo y tu están en el mismo rango de edad creo que se entenderán muy bien — Carolina mostró sus cifras, todo su proyecto dejando a todos boquiabiertos.

— Pablo no es la persona indicada para llevar nuestra carpeta, para nadie es un secreto que es un hombre irresponsable y que ha tenido varios problemas por su desorden con clientes, nosotros no podemos darnos ese lujo, firmaré el trato solo si Carolina maneja la carpeta — Rubén quería estar más cerca de la enigmática mujer, conocer más de ella.

Carolina no sabía que decir, si bien era cierto era una gran oportunidad, no era lo que esperaba porque aún no tenía los conocimientos necesarios.

— No la puede manejar Carolina, ella solo es mi secretaria, y ayuda con algunos proyectos, peor está carpeta la manejaré yo si lo quieres que Pablo este metido en nada de esto — Guillermo estaba celoso, no quería que los dos hablarán o estuviesen juntos.

— No, lo siento, pero en esto si quiero ser muy claro, ya no soy el hijo del mi padre, soy el nuevo CEO de la empresa y quiero trabajar con Carolina o el trato no se hace — Rubén sentía que Guillermo estaba pasando por encima de su autoridad solo por su juventud, está decisión no sólo lo tomo por la belleza de la chica si no por la presentación que acababa de hacer del proyecto.

— Tenemos que pensarlo, se que tu cuenta es una de las más codiciadas de la Ciudad, pero no puedo dársela a Carolina — El se levantó de la mesa, Carolina sintió que Guillermo pensaban que ella era incapaz.

— Yo si puedo, me voy a hacer cargo de su cuenta, el Lunes puede ir a la oficina para firmar el trato — Carolina le dio la mano a Rubén mientras Guillermo la miraba enojado.

Ruben entendió que era una lucha de poderes, así que decidió retirarse no sin antes pedirle a Carolina su número de teléfono.

Guillermo y Carolina empezaron a discutir, el no podía permitirse que ella pasará por encima de su autoridad.

— te recuerdo que yo soy el dueño de la empresa y soy quien decide que tratos se hacen en mi empresa, espero que esta sea la última vez que haces algo como esto — Guillermo quería poner un antecedente, independiente de lo que pasará en su relación con Carolina.

Carolina estaba muy enojada — Tu eres el dueño pero te recuerdo que parte del capital que dejó mi padre se fue a tus arcas, así que no voy a permitir que no me dejes tomar esta decisión —.

Guillermo la tomo del brazo —¿Te gusta Rubén?¿Por eso querés trabajar con el?—.

— Es mi problema, te recuerdo que soy una mujer y que estoy libre, así que si él me gusta o no es un asunto solo mío — Carolina entendía que esto era producto de sus celos.

El tomo un poco de aire, se subió al vehículo y dejó atrás a Carolina que empezó a caminar, no pensaba quedarse en el mismo carro que el.

— Deja la niñeria, Súbete — El manejaba siguiendo los pasos de Carolina alcanzadola.

— Voy a tomar un taxi, no pienso estar cerca de ti — Carolina era una mujer muy orgullosa, atributo de su padre.

Guillermo se estaciona y se baja del vehículo 

— Hablemos, se que me excedí y que de cierta manera tengo celos de ese hombre, no te puedo ver con alguien — el sabía que tenía que confesar sus sentimientos.

— Me imagino que lo mismo le dices a tus amantes, o a mi mamá, pero ya se que todo en ti es una mentira — Carolina sentía que su corazón latía rápidamente mientras la respiración de Guillermo estaba más cerca de ella.

— Nunca he tenido más mujeres en mi vida después de tu madre, hasta hoy empiezo a sentir esto — Guillermo la jala de la cintura aún más cerca de el.

—¿Como puedo creer en ti?— Carolina siente que flota en una nube con mucho helio que la lleva lejos de ese lugar y que la hace flotar mientras el suspira cerca de ella.

— Te quiero, no se porque ni cómo nació esto, pero te quiero — El le da un beso en los labios mientras ella se derrite en sus brazos.

Los dos dieron un paso difícil pero el incio de un torbellino de emociones.

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