—Carter… ¿Podrías dejarme estudiar? —preguntó Madison dándole con el bolígrafo para que se alejara de ella.
El castaño gruñó con molestia y finalmente deshizo su abrazo y se alejó de ella.
Por fin había conseguido entretener a Steve por primera vez en toda la tarde y se encontraba a Madison estudiando para el maldito examen de conducir… y él solo quería un poco de mimos después de una larga semana de trabajo.
—Bueno, pero después no vengas pidiéndome que te haga caso —respondió, cruzándose de brazos de espaldas a ella.
—Oh, vamos, Carter no te comportes como un niño pequeño —dijo ella, poniendo los ojos en blanco.
—Hmp —utilizó su famoso monosílabo con gesto fruncido y se marchó de la habitación.
Madison suspiró.
Desde que se apuntó a la academia para apreder a conducir pasaba bastante tiempo estudiando y Carter la perseguía en todo momento como si fuera Orus en busca de cariñitos y mimitos.
La verdad es que él se había tomado bien la noticia de que ya no tendría que ser su chofer p