—¿Qué?...¿Qué?...¿Qué?...—grita a la defensiva mientras trata de orientarse.
Suelto una risotada al ver su estado de angustia y ella me fulmina con su mirada, al caer en cuenta que he sido yo la que la he despertado.
—Ah, eres tu —espeta con fastidio mientras se tira en la cama.
—¿Vas a seguir así conmigo? —le cuestiono sentándome de rodillas en su cama y mi mirada es tan insistente que hace que elle también me mire.
—No, aquí la pregunta es si, ¿tu vas a dejar de seguir ocultando cosas? —me quedo en silencio ante sus palabras y ella col