LAURA JENNER
Siento que alguien juega con mi pelo y siento unos labios en la frente.
—Nena, despierta. Ya son las siete de la mañana—, oí que me decía una voz masculina y sexy. Sabiendo quién es, abro lentamente los ojos y le miro. Mi cara está a escasos centímetros de la suya. Sus ojos se clavan en los míos y yo le devuelvo la mirada. Su mano me acaricia la mejilla.
—Buenos días—, le dije y me senté en la cama.
—Muy buenos días—, sonrió sentándose a mi lado.
—Nate, ¿puedo preguntarte algo?—, le pregunté volviéndome hacia él.
—Sí, cualquier cosa—. Él también se volvió hacia mí.
—Um... ¿Por qué me ob