39. Vienes a vivir de inmediato conmigo
Jason
Tengo el corazón en la boca mientras entro en la habitación donde el abuelo se encuentra. Y verlo en esa cama, con el respirador y los cables en su cuerpo hacen que me sienta totalmente impotente.
Él al sentirme entrar, gira lentamente su rostro hacia la puerta y me regala, cómo puede, una sonrisa que yo no dudo en corresponder.
—Me has dado un susto de m****a, viejo.— Le digo y veo como su sonrisa se hace más grande.
Sin embargo, me alarmo cuando veo cómo sus manos van directo al respirador para retirarlo.
— ¿Qué haces? — estoy prácticamente corriendo hasta él, pero es inutil porque ya lo ha retirado.
— Estoy bien, no necesito aparatos para respirar— dice, pero puedo notar que le cuesta un poco hacerlo.
— Acabas de sufrir un infarto— digo, tratando de mantener la calma— si los médicos dicen que lo necesitas, entonces así es.
El viejo pone los ojos en blanco y dejándome más preocupado que nunca pone la máscara a un lado y palmea la cama invitándome a acercarme, por l