Capítulo IV

—¿Qué haces tu aquí? — inquiere Eizan sin poder creer que sea precisamente ella quien toque a su puerta. Talla rápidamente sus ojos pensando que tal vez el tequila afecto su visión y se trataba de una alucinación.

—¿Me extrañaste amor? — pregunta con una sonrisa cínica adentrándose en la habitación sin esperar invitación.

—Lisa déjate de juegos y dime por has venido aquí ¿Cómo me encontraste? — Eizan tira de su cabello con desesperación. Cuando Lisa se lo proponía podía ser una mujer sumamente exasperante.

—Ya sabes como es Donato cuando se trata de su pequeño hermano. Cancelo la luna de miel por ti, y yo como una buena esposa ayudo a mi marido—Levanta su mano izquierda mostrando las sortijas en su dedo anular. —a buscar a su estúpido hermano que ahora es mi cuñado ¿Soy como una hermana para ti ahora? — su voz se vuelve ligeramente ronca mientras acaricia el pecho de Eizan con descaro. —¿Sabes? A tu hermano le falta tu pasión, para ser mi noche de bodas dejo mucho que desear, pero tu puedes ocupar su lugar en la cama. — arrebata la toalla de su cadera mientras ella se deja caer sobre la cama.

—Deja de decir estupideces Lisa. Ahora eres la esposa de mi hermano, por supuesto que no voy a ser el causante de su dolor. Ayer todo murió para mí ya no existe ni existirá un nosotros. Puedes marcharte ya, tengo asuntos que resolver. —De inmediato la imagen de la pequeña pelirroja, vino a su mente, y una sonrisa se formo en sus labios. Pero su descuido le costaría mas de lo que pudiera imaginar.

—¿Qué significa esto Eizan? —Grita colérica arrancando las sabanas de la cama, mismas donde la pequeña mancha carmesí predominaba. Los celos emanaban a raudales de Lisa. Eizan dudo por algunos segundos, hasta que finalmente recordó el ejemplo que la misma pelirroja le brindo ayer, enterrar el pasado. —¿Te follaste a una m*****a virgen?

—Nada que sea de tu incumbencia… Cuñada. — finaliza con la última palabra dándole una pequeña porción de su propia medicina. Sabía que Lisa estallaría por lo que apresuradamente comenzó a vestirse ignorando los gritos y el interrogatorio.

Salió del hotel siendo perseguido por su ahora cuñada quien incluso intento forcejear con él, librándose únicamente de ella cuando su hermano Donato llamo a su flamante esposa preocupado.

 Algunos días después…

—¡dios no solo me castigo con un hijo ladrón! ¡sino que también es estúpido! — Le lanza sobre el escritorio una carpeta que Eizan toma con curiosidad, si el discurso por llevarse la reliquia fue una tortura, este era aún peor. —¡¿En que estabas pensando para intentar robar la mujer de tu hermano?! —Eizan hace trizas las fotografías donde Lisa lo toma del brazo de manera comprometedora, fue el mismo día que ella enloqueció de celos al ver las sábanas.

—¿Eizan? —Llama Donato a su hermano con preocupación.

—Hermano, yo no intento robar tu mujer, es un mal entendido. —Eizan pienso en que admitió la verdad a medias, una parte de él deseaba dejar la pesada cruz de su relación pasada con Lisa, pero eso solo traería problemas.

—Lisa, quieres explicarle a tu ahora esposo el porque me tomabas del brazo en la entrada del hotel. —Todos los presentes se giran en dirección a la mujer que palidece por completo, sobre todo al recibir la mirada severa de su esposo. Eizan arquea una ceja esperando que la mujer comenzara a hablar.

—Yo intentaba hacer que Eizan entrara en razón, no quería que cometiera otra locura que ensuciara el apellido de la familia. —Responde con falsa preocupación envolviendo sus brazos alrededor de Donato.

—Ahora pueden dejarme a solas con Eizan. —pide con la voz ronca mientras se coloca de pie el señor Rockefeller.

—Papá no…

—Déjalo Donato, me quedare con él. Ve ahora con tu esposa, no hagas esperar a mi cuñada para llevarla a su restaurante favorito. —Su hermano asiente dejando a padre e hijo a solas.

—Escúchame con atención. Tu nos has llevado al escandalo y ahora tu mismo darás la cara para limpiar nuestro prestigiado apellido, no serás la vergüenza de mi familia nunca más. —Eizan rueda los ojos. —¡!ESTO NO ES UN MALDITO JUEGO!¡ —Golpea el escritorio.

—Acabemos con esto.

—Vas a declarar ante una rueda de prensa que estas comprometido y dentro de un mes vas a llevar a cabo la boda. —Abre la boca indignado, esperando que se tratara solo de una broma. —Es la única manera para que se terminen los rumores de la posible relación con la mujer de tu hermano.

—Yo no hare semejante estupidez. No pienso ser tu títere. — responde arisco al escuchar la descabellada idea.

—Por supuesto que lo harás si no quieres perder para siempre la reliquia de tu madre. —¡Bingo! Había acertado en una de las debilidades de su hijo. —Es la única manera en que el honor vuelva a nuestra familia. Así que ya lo sabes, debes comenzar con la búsqueda de tu futura esposa.

Eizan sale hecho una furia golpeando la puerta, odiaba cuando alguien más ejercía poder sobre él y sus acciones. Rápidamente se acerca Lisa dejando botado a su esposo con algunos empleados.

—¿Qué sucedió ahí adentro? Escuchamos los gritos, Donato no ha querido irse.

—¡!Por tu m*****a culpa ahora tengo que casarme!¡ —Declara en medio de gritos frustrados, dejando a todos con la boca abierta.

Mientras tanto…

—Vamos Ali, solo un par de calles más. —suplica mas para si misma que para el pequeño gálago dentro de su bolso. Llevaba desde las seis de la mañana buscando empleo por cada lugar que encontró, pero nadie parecía interesado en una mujer sin estudios universitarios, extranjera. El dinero se esfumaba de sus manos, aun que deseara regresar a su país le sería imposible.

—Señorita, ya ha dejado dos solicitudes antes. Usted no cumple con los requisitos, retírese por favor. —informa la recepcionista devolviéndole su solicitud.

—Por favor… —la mujer toma el teléfono mientras rueda los ojos con desdén.

—Seguridad, necesito que saquen a esta mujer so... —No termina la frase cuando Ali lanza una naranja sobre la cabeza de la mujer.

Adara sale corriendo de inmediato mientras reprende al pequeño gálago por lo que hizo. No se detuvo hasta llegar a una clase de plaza donde se encontraban diversos artistas, algunos pintores, músicos, pero lo que llamo en particular su atención fueron dos mujeres vestidas de gitanas, una danzando, mientras que la otra practicaba la quiromancia, dejo escapar un suspiro ya que de continuar en la misma línea recta sin empleo no tendría otra opción.

Al llegar a la pequeña y escambrosa habitación toma asiento en el suelo mientras Ali comienza a saltar por todo el lugar. Toma de la mesita de noche un trozo de pan de ayer, sus municiones se estaban agotando al igual que sus esperanzas, ya no poseía nada para vender. Ali se coloca frente a ella tomando una de sus fresas para comer.

—¡Sí soy yo! —contesta prácticamente chillando de la felicidad en cuanto el teléfono suena y es una asistente preguntando por ella. —Por supuesto estoy disponible para la entrevista. Ahí estaré. —Finaliza la llamada colocándose de pie de un solo salto.

Llega exhausta a la entrada de la empresa después de caminar durante casi dos horas, sujeta su bolso con fuerza mientras inhala profundo. Necesitaba quedarse con el empleo al precio que fuera necesario.

Le sorprendía que el personal de la empresa no la trata de manera despectiva al igual que otros sitios donde dejo su solicitud de empleo. La asistente la deja en el umbral de la puerta con indicaciones, se toma un par de segundos ideando algunas respuestas en su mente, finalmente abre la puerta encontrándose con el respaldo de la silla giratoria.

—Señor, mi nombre es Adara agradezco la opor…— cierra la boca de inmediato cuando ve al hombre frente a ella.

—¡Vaya caperucita! El destino se empeña en reunirnos nuevamente ¿O es que acaso caperucita no puede vivir sin su lobo feroz? —menciona pícaro mientras mueve las cejas de manera insinuante. Adara se torna pálida al ver a Eizan frente a ella. Los recuerdos los labios de ese hombre recorriendo cada centímetro de su cuerpo golpean como un rayo atravesándola. Él percibe ese ligero sonrojo y conoce a que se debe.

—Idiota. —Responde con la voz baja después de algunos segundos.

—Creo que debería restarte un punto en la entrevista por tú falta de creatividad. —Adara abre la boca indignada por sus palabras. —Pero no lo hare por que me has llamado señor ¿Sabes? Incluso sentí poder real. —finaliza sonriendo de manera burlona, divirtiéndose un poco de ver a la pelirroja sin desatar esa pequeña bestia interna.

—No vas a darme el empleo al final, así que me ahorro toda la humillación. —menciona girándose para abrir la puerta nuevamente. Apresuradamente Eizan se levanta cerrando la puerta apresuradamente.

—No es así como terminan las cosas caperucita. Tú buscas un empleo ¿No es así? —Ella asiente silenciosamente observándolo a los ojos, buscando la trampa en sus palabras. —Y yo puedo dártelo junto a un adelanto con una sola condición.

—¡No voy a acostarme contigo por el empleo! — responde molesta de inmediato. Eizan recuerda que ha sido el primer hombre de la pequeña pelirroja frente a él

—¿Qué tal ser mi esposa? — levanta una ceja con algo de duda. Adara estalla en carcajadas.

—Sabía que tenias sentido del humor, pero no imagine que a este nivel. — limpia las pequeñas lagrimas que ha derramado. Le resulto sarcástico, ella hace tan solo unos días se imaginaba vestida de novia frente al altar y ahora solo buscaba la manera de no imaginarse como indigente junto a su gálago.

—No es ninguna broma. El robo del collar me ha traído severos problemas, mi familia esta envuelta en el escándalo y polémicas. Mi padre acaba de darme un ultimátum para encontrar esposa… por favor, no quiero perder la reliquia de mi madre, piensa en tu madre ¿te gustaría que algunas de sus posesiones más preciadas terminasen en otras manos? —intenta apelar a su lado bondadoso, él sabía que ella era una buena mujer, lo vio ese día cuando ayudo a la mujer de su ex prometido a traer su hijo al mundo, dando cada centavo que poseía.

—Nunca he tenido padres, me abandonaron en un orfanato. —responde áspera, sin deseos de profundizar en el tema y él lo comprendía.

—Solo finge ser mi prometida. Y dentro de un mes conviértete en mi esposa, ayúdame a recuperar ese collar, tiene un valor sentimental muy grande para mí. Nos divorciaremos cuando los rumores se detengan. A cambio te quedaras con el empleo desde este instante, el pequeño ladrón dentro de tu bolso tendrá un techo y comida, todos tus problemas se solucionarán. —Toma la delicada mano de Adara entre las suyas observándola fijamente. —¿Entonces caperucita? ¿Aceptas ser mi esposa?...

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