Me resultaba increíble ver su expresión fría y escuchar lo que decía. Estaba loco y eso era peligroso. Porque una persona tan adinerada y poderosa loca y posesiva, es más peligroso que un cirujano en plena cirugía sin luz y sin idea de lo que está haciendo.
— ¿Te has vuelto loco?
— Sí, me he vuelto malditamente loco, Charlotte. Me volví loco en el momento que me empezaste a mirar como lo haces ahora. Enloquecí cuando me gritaste que todo era mi culpa y yo no tenía argumento para negar ello, porque tenías razón.
>> No, sigues teniendo razón. Lo peor que te pudo haber pasado, es encontrarte conmigo y saber de la existencia de mi naturaleza. Para ti, conocernos debió ser el final de tu vida y el inicio de tu infierno.
— Así es. Eso es lo que tu presencia en mi vida ha sido para mí. — digo molesta.
— Bien, lo acepto. Pero, lo que no voy a aceptar es que te vayas de mi lado.
— ¿Qué acabas de decir?
— Para ti conocernos fue todo lo que dije, pero, para mí no lo es. Porque, aunque hubiese