Luego de que las chicas pasaron la tarde en el parque de atracciones, decidieron darle fin a la tarde de diversión para marcharse, ya estaba oscuro, pero no era tan tarde como para preocupar al CEO.
Samantha miró su teléfono y no tenía ninguna llamada de Gerald, le pareció extraño de no haber hablado casi con él en todo el día, pensó en llegar para conversar con él y poner las cosas claras.
Samantha y su hija regresaron a la casa. Al llegar, Connie al bajarse sale corriendo para entrar en ella y dirigirse al baño.
— ¡Hija! Ten cuidado — Comentó Samantha reprendiendo a su hija.
— Estoy orinándome mami, tengo prisa — Exclamó Connie en voz alta mientras corría.
Samantha apagó el vehículo, sacó su bolso y se bajó de él para entrar a la casa también. Estaba cansada del día tan agotador que tuvo, no había descansado lo suficiente la noche anterior y en el día estuvo atendiendo a la niña. Al entrar, Gerald se encontraba sentado en el sillón.
— Hola Gerald ¿Por qué la cara? — Preguntó Samant