Pasó la tormenta, ese fin de semana fue bastante largo. El domingo pasaron casi todo el día durmiendo y Samantha prepararía las cosas del siguiente día para llevar a Connie a la escuela. Tenía clases, por lo que debía dejarle el uniforme listo y levantarse temprano para preparar el desayuno. Hizo todos los oficios del hogar y dejó la casa impecable con ayuda del ama de llaves y otro personal de limpieza que contrataron.
Temprano, a la mañana siguiente, se levantó Samantha para ver qué le preparaba a Connie para su desayuno, decidió hacerle lo que más le gustaba comer, wafles con crema y miel, le dejó una manzana roja, un jugo de cajita y una galleta para que llevara de merienda.
Gerald se levantó temprano también y no desayunó lo que preparó Samantha. Le mencionó que comería en la calle, quería llegar temprano a resolver unos asuntos de la empresa.
Samantha lo entendió y le pidió cómo hacer para llevar a Connie.
— ¿Quién llevará a Connie a la escuela? — Preguntó.
— Llama a mi chófer p