—¡Pero por supuesto que es una tontería! – Exclamó indignada Camila saliendo al patio.
Susan contuvo el aliento y Amanda solo la observó. Conocía como era la madre de Harry; muy tradicional, muy apegada a las costumbres e implacable. Conocía de la resistencia que le había puesto a Deanna y lo complicado que resultaba complacerla.
—Mamá… —Intentó Susan.
—Es una tontería, Amanda. ¡Ridículo! – Le dijo levantando los brazos.
La cara de Susan se puso tensa, la miró como queriendo advertirle.
—¿Qué? ¿Por qué me miras así? – Le preguntó a su hija y luego miró a Amanda a los ojos.
—¿Acaso no acabas de darle un hijo? ¿Acaso Emma no te llama mamá? ¿Qué menos derechos puedes tener? ¡Pero por supuesto que los tienes todos! ¡Por Dios! –
Se sentó junto a ella y tocó la manito de Ryan que se escapaba de la manta.
—Tú le diste a mi hijo la posibilidad de amar y de tener una familia. Estuviste para él cuando ninguno de nosotros pudo y lo contuviste, lo hiciste sentir seguro. ¡No quiero ni pensar donde