Cuando Camila la llamó para pedirle que vaya a su casa porque Charles quería hablar con ella, Laura se desesperó ¿Que quería? ¿Lo sabían? Bueno, si sabían lo de Harry y su amante podría ponerlos de su lado; quizá hasta la ayudasen a obligar a su esposo a dejarla. Subió a Emma al coche y salió; la niña funcionaría de escudo o lograría llamar a la pena de sus abuelos, las dos cosas le servían.
- ¡Laura! ¡Emma! -
La niña corrió a los brazos de su abuela; a pesar de sus “viajes” continuos y de todas las manos que la sostenían en el día al día, ella era una pequeña llena de energía, siempre sonreía, siempre corría y buscaba treparse a los muebles. El amor que no recibía de su madre lo obtenía de todos ellos.
- Hola Camila ¿cómo estás? -
Viéndola, parecía la Laura de toda la vida, la de la Universidad.
- Lo lamento querida, pero Charles quiere hablar contigo… Tuve una conversación desagradable con Leonard Reed ¡Todo por la esposa de Daniel! Pero no te preocupes, te apoyaré, no importa