28. No dudes que te amo.
Se habia desatado una serie de malentendidos, y falsos rumores por las fotografías del restaurante, estaba tan ocupado que no me habría enterado de no ser por mi abogado.
Sabia que esto me traeria problemas.
Hablaba con Antonio.
-Ayer le dije que estaba contigo, ahora no va a creerme.- le decía.
- ¿En serio se molestará?- dijo mientras abordabamos el vuelo de regreso.
- No tienes una idea - respondí, tomamos nuestros asientos en el avión privado de la empresa- amigo, tú sabes que he tratado con personas deshonestas, ambiciosas, despiadadas, y sin escrúpulos y créeme cuando te digo que la furia de mi mujer, es más intimidante que todos ellos.
*
Por fin llegué a casa, entré y no vi a Samantha, la busqué en la habitación, estaba empacando algunas cosas en una maleta.
- ¿Que haces? - dije asustándola, me acerqué a ella, traté de besarla y se alejó de mi.
- No te atrevas Gabriel.
- ¿Ahora que hice?- dije cruzándome de brazos, aunque lo sabia exactamente.
- Sabes perfectamente lo que pasa