Una cita por contrato
Una cita por contrato
Por: LUAN M
1. Conociendo al CEO

SAMANTHA

- Samantha, ¡hay una clienta, y es bastante elegante! - señaló Julia, entrando apresurada a mi pequeña oficina/ taller de costura.

- Pues atiéndela, por favor, ya sabes que últimamente hemos tenido pocas ventas, si sigue así tendré que cerrar- dije afligida tratando de cuadrar unas cuentas, simplemente no había para más.

Tenía un pequeño negocio de alta costura, pero no iba tan bien como yo quisiera, ya había invertido todos mis ahorros, pero ahora, necesitaba un ingreso de capital o terminaría perdiéndolo todo.

Siempre habia sido mi sueño, ser diseñadora, tener mi propio negocio, solo diseños exclusivos, habia ganado todos los concursos mientras estaba en la escuela de diseño, pero debia suponer que eso no garantizaba que al graduarme, todo sería viento en popa.

*

JULIA

- Son los diseños que tenemos por el momento, lamento que no tengamos algo más, honestamente no estamos muy bien con el negocio - dije sin medir mis palabras.

- Es una lástima, esta tienda siempre tiene diseños muy lindos- dijo la mujer.

Vi al hombre joven que la acompañaba, de actitud arrogante, alejado pero prestando atención a todo lo que deciamos.

- ¿Terminaste, madre? - dijo levantándose del asiento donde estaba. - tengo una reunión en media hora - dijo viendo su reloj.

- ¡No me apresures Gabriel! - exclamó - bien, creo que me llevaré este - Señaló un hermoso vestido color esmeralda.

- ¿A nombre de quién hago la factura? - pregunté.

- Gabriel Ferrer.

Levanté la mirada, no podía creerlo, ese era el famoso CEO, presidente de una gran naviera, multimillonario y sobre todo guapo, queria decírselo a Sam, pero el hombre me fulminó con la mirada, pagó en efectivo, le entregué el vestido y el recibo y salieron rápidamente.

Corrí hacia la oficina de Samantha, ella estaba en la parte de atrás seleccionando algunas telas.

-¡Sam no vas a creer quien estuvo en la tienda!

- Si era papá Noel, dile que necesito un socio - respondió distraida.

- Claro que no, este era más guapo, y más atlético, ese CEO que te gusta, Gabriel Ferrer.

- ¿Cómo dices?- volteó sorprendida.

- Si, su madre era la clienta, por cierto que el hombre es bastante arrogante.

- Debe serlo, es multimillonario -dijo indiferente.

-Ay amiga, la verdad es que está de infarto, con esos ojos grises, te quita el aliento.

Samantha rió. - Creo que perdiste la cabeza, es solo un hombre.

***

GABRIEL

Pasé la tarde en una reunión, tenía que aprobar unas propuestas de inversion de algunos de mis socios, tenia mis dudas, y pensaba que era demasiado pretencioso, e involucraría mucho presupuesto por lo que no las aprobé.

Di por terminada la reunión, me dirigía a mi oficina cuando recibí una llamada de mi madre.

- ¿Que pasa, madre? no me digas que no te gustó el vestido - dije seriamente.

- Claro que no, es que no encuentro mi pulsera, aquella que tu padre me había regalado, pero al único lugar que fui, es a esa tienda, la de los lindos vestidos, ¿crees que podrias . . .?

- Si madre, iré, no te preocupes.

- Gracias, cariño, y piensa en lo que te dije hace unos dias, debes ir acompañado a la fiesta de la empresa, ya sabes que irá Susana, supongo que no quieres que tu ex novia te vea solo y crea que aún la extrañas.

- Ya veré madre, honestamente no me importa lo que crean, en especial ella, pero tomaré en cuenta tu consejo.

De todas las personas en mi vida, solo a mi madre le permitía eso, darme consejos y hasta reprenderme, era un presidente respetado y temido, pero yo solo le tenia respeto a ella, porque junto con mi padre, habían levantado la compañía que ahora dirigía y eso había sido un gran logro, al morir mi padre, la responsabilidad cayó en mí, como accionistas mayoritarios.

- Lorelei, investiga el horario de esta tienda - dije dándole la factura que me dió la chica.

- Diseños Santos, en un momento señor Ferrer.

Después me trajo un café y el horario anotado

- Cierra a las 6 señor.

Miré mi reloj, eran las 5 p.m tenia tiempo suficiente, tomé mi café y sali hacia allá, no quería decepcionar a mi madre.

SAMANTHA

Estaba por irme de la tienda, aún no era hora de cerrar, pero ya no habia clientes, Julia ya se habia ido, y algo llamó mi atención, en uno de los probadores, me acerqué y vi algo brillante, lo levanté, era una pulsera exquisita de diamantes, creo que valía más que toda mi tienda y más que mi casa juntas, así que enseguida supe de quién era, iba a guardarla en un lugar seguro, hasta averiguar cómo comunicarme con el señor Ferrer, porque no había dejado ningún número de teléfono, cuando de pronto, escuché la puerta principal abrirse, y ahí estaba, frente a mi, el sueño de toda mujer, alto, ojos grises, cabello castaño, el CEO guapo y arrogante, tal como lo describió Julia, desprendia un aura de sensualidad, nos miramos un momento, y entonces desbloquee mi cerebro.

- ¿Señor Ferrer? acabo de encontrar esto en el vestidor, supongo que será de su madre, fue la única clienta que tuvimos hoy, así que me ahorró la tarea de localizarlo- dije extendiéndo mi mano y colocando la pieza en la suya.

- Le agradezco señorita. . .

-Santos, Samantha Santos.

- Samantha . . . quisiera darle una remuneración por devolverme la joya - sacó su cartera.

Levanté mi mano - Disculpe, eso no es necesario, lo habría hecho por cualquier persona, aunque con usted me habría costado un poco más.

Me miró perplejo, sin su gesto arrogante.

- ¿A qué se refiere con eso?

- Por favor, usted es uno de esos seres inalcanzables, dudo mucho que hubiera podido contactarlo de alguna manera.

Él sonrió discretamente, de su cartera sacó una tarjeta y me la entregó.

- Ese es mi número personal, si necesita algo, solo llámeme.

Salio rápidamente, yo me quedé mirando la tarjeta con su nombre en hermosas letras labradas, la verdad es que él era mi CEO favorito, porque conseguia todo lo que quería a base de buenas decisiones y queria seguir su ejemplo y levantar mi negocio.

Lo vi subir a la parte trasera de un auto, y sabía que no lo volveria a ver.

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