Estamos cenando en la pequeña mesa de la sala, comida italiana. Jared no volvió a preguntar el porque de mi extravío, y lo agradezco.
—¿Qué te parece una ducha?
—Excelente. –respondo limpiando mi boca–. Sabes, hoy hablé con Nelly, mi mejor amiga sobre ti.
—¿Y qué dijo?
—Quiere conocerte.
—¿Se pondrá loca o algo así?
—Mas o menos. –me encojo de hombros.
—Si me aseguras que no me morderá dile que cuando quiera.
Río sin poderlo evitar, Nelly a veces puede ser un poquitín intensa, pero no es para menos, es la mayor de las tres aunque sea por un año y nos quiere cuidar.
—¿Me dirás por qué estabas sola en un lugar que no conocías?
Tomo otro bocado de tiramisú y me lo meto a la boca, asiento sin muchas ganas verdaderamente de contarle que sucedió, pero tampoco quiero que sienta que