Salgo de mi habitación aún con un poco de flojera pero mi estómago me pide a gritos alimento, se me antoja un café con mucha azúcar. Llego a la cocina y veo a Nana secando trastes y guardándolos en su lugar.
— Buenos días nana— Me acerco a ella y beso su mejilla.
— Buenos días mi niña Hannah ¿cómo amaneciste?
— Muy bien nana— Si supiera lo que pasó ayer… no pienso preocuparla. El teléfono de la casa empieza a sonar, le digo a Nana un “yo voy", mientras corro a la sala y contesto.
— ¿Diga?
—Buenos días, ¿se encuentra el señor Jeon?
— Si, pero en estos instantes él está dormido
— Oh, está bien, sólo hablaba para confirmar la sesión fotográfica que tenemos para hoy
— Ok, no se preocupe yo le digo, perdón, ¿quién habla?
— ¡Pero qué grosera soy,! disculpa soy Carlos el fotógrafo
— De acuerdo, yo le digo
— Gracias
Corto la llamada. Es extraño lo de la sesión pero igual es problema de Ranzes. Volteo para volver a la cocina pero verlo detrás de mi con expresión seria me asusta.
— ¿Co -cómo