Capítulo 31 No existe ningún hogar que puedas romper
Lucas estaba harto y reacciono ordenando a su jefe de su seguridad personal:
— ¡Llévala a casa y no la dejes salir!, y tú —le dijo dirigiéndose a Carla— espérame allí. te aclararé todo esto de una buena vez.
Seguidamente, agarró a Eleonor por un brazo y se la llevó con él sin darse cuenta de que ella cojeaba, él solo quería sacarla de allí.
En su mente, Eleonor deseaba desaparecer, ser invisible. Su vida estaba patas arriba. ¿Cómo pudo aceptar este disparate?
— ¡No me iré! —gritaba Carla—. Déjala a ella y vente conmigo. ¡Soy tu esposa! No puedes humillarme públicamente así. Te lo juro, acabaré con ella. Sabes que cumplo mis promesas y, si quieres dejarme, despídete de Jennifer. Te prometo que ya no la verás más en tu vida.
El alboroto a su alrededor aumentaba por momentos. Los periodistas hacían sus preguntas al aire y los invitados, a las puertas del lugar donde se efectuó la boda, también. Todos querían la confirmación de lo que