CAPÍTULO SESENTA Y UNO

Thomas acuna a Melina en sus brazos y le dice palabras tranquilizadoras. Pasan las horas y solo se mueve cuando el sudor de Melina comienza a secarse en su cuerpo.

—¿Dónde vamos?—Melina pregunta mientras Thomas la levanta de la cama.

—Tienes que ducharte—dice mientras la lleva al baño.

—Oh.

Él la pone en el suelo y coloca su mano en el borde de su camisa. Él comienza a sacárselo de su cuerpo, pero Melina lo detiene antes de que llegue a la mitad de su estómago.

—Esperaré afuera—dice Thomas, quitando la mano de su cuerpo y dándose la vuelta para salir.

—Espera—Melina lo detiene, agarrando su mano.

—Sí, princesa—. Él se da la vuelta para mirarla.

—Puedes seguir adelante—dice Melina, mordiéndose el labio, sorprendiéndolos a ambos. Esta es la única forma de saber si Franky tenía razón o no.

—¿Estás segura, princesa?

—Sí.

Thomas vuelve a quitarle la camisa a Melina. Ella contiene la respiración mientras él la tira por encima de su cabeza. Melina siente el fuerte impulso de usar sus manos p
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