Thomas acuna a Melina en sus brazos y le dice palabras tranquilizadoras. Pasan las horas y solo se mueve cuando el sudor de Melina comienza a secarse en su cuerpo.
—¿Dónde vamos?—Melina pregunta mientras Thomas la levanta de la cama.
—Tienes que ducharte—dice mientras la lleva al baño.
—Oh.
Él la pone en el suelo y coloca su mano en el borde de su camisa. Él comienza a sacárselo de su cuerpo, pero Melina lo detiene antes de que llegue a la mitad de su estómago.
—Esperaré afuera—dice Thomas, quitando la mano de su cuerpo y dándose la vuelta para salir.
—Espera—Melina lo detiene, agarrando su mano.
—Sí, princesa—. Él se da la vuelta para mirarla.
—Puedes seguir adelante—dice Melina, mordiéndose el labio, sorprendiéndolos a ambos. Esta es la única forma de saber si Franky tenía razón o no.
—¿Estás segura, princesa?
—Sí.
Thomas vuelve a quitarle la camisa a Melina. Ella contiene la respiración mientras él la tira por encima de su cabeza. Melina siente el fuerte impulso de usar sus manos p