Perdonada
Los ojos de Jace se pusieron rojos. Vio a Arianna sollozar. Sin decir una palabra más, se giró y fue al dormitorio. Sus palabras eran como una daga, cada palabra pronunciada le apuñalaba profundamente el corazón.
Pero a diferencia de otros tipos de apuñalamientos que resultan en sangrado, este estaba vendando su corazón sangrante y herido. Lo estaba curando y sintió que su dolor desaparecía gradualmente.
Fue al baño y se sumergió en agua tibia. Cerró los ojos y reflexionó sobre sus palabras. Quizás se había equivocado al tomar una decisión tan dura con ella.
Debería haberle dado una segunda oportunidad. No le diría nada sobre lo que hizo. Él también la hirió una vez y ella lo dejó pasar. ¿Por qué él no podía dejarlo pasar también?
De alguna manera, ya no sentía el dolor que le venía a la mente cada vez que recordaba que ella había abortado a su bebé. Sus palabras lo curaron.
Lo recuerda, pero ya no le duele. Es un gran avance para él. Sentía que ella no lo amaba como él a el