El jueves pasó como si nada, al menos por parte de Max, porque Max cargaba la culpa en todo el cuerpo.
Aunque durante el día trabajó como loca, para agotarse y poder dormir, por la noche no puedo sino dormir un par de horas, porque la consciencia y las ganas de ir con Max, enterrarse en sus brazos y besarlo como si no hubiera un mañana, eran tremendas.
Pero ya era viernes, y ese día era el concierto. Aunque quería ir, no le había dicho nada a Max sobre aquellas entradas, especialmente porque no sabía si él iba a querer ir con ella.
En realidad, no le había dicho a Max sobre nada, lo de ellos se había convertido en una relación de trabajo muy silencioso y solo se dijeron los buenos días, que tal el día y las buenas noches.
Sale de su habitación, pensando en la rueda de prensa del día anterior, donde desmintió cualquier relación que