Capítulo 31. Difícil, pero necesario
Leonid abrió mucho los ojos y negó con la cabeza riendo.
—Aisha, esto es muy extraño —Aisha caminó hacia él y él caminó hacia atrás—. Preciosa, estamos muy estresados ahora mismo...
—No me digas preciosa —expresó Aisha y movió las manos sin tocarlo, Leonid voló como una jabalina y cayó en la cama de la habitación principal impulsado por un hechizo.
Aisha se acercó a la cama.
—Hablemos Aisha, ambos estamos nerviosos…
—No tenemos tiempo, debes recuperar a tu padre. ¿Recuerdas?
—No entiendo como puede ser posible que rescate a mi papá si tengo sexo contigo.
Aisha se puso en horcajadas encima de él y acercó su rostro.
Leonid escuchó su corazón desbocado y el de él le correspondía al mismo ritmo.
—Cuando estemos acoplados debes volver a morderme, yo pondré mi marca de hechicera en ti y tu poder crecerá, solo entonces serás contrincante para Boris.
Leonid inhaló el aroma de ella que le parecía tan exquisito y acercó sus manos a su rostro.
— ¿Estás segura d