Una Luna Prohibida para el Alfa
Una Luna Prohibida para el Alfa
Por: Karina Peña De Goncalves
Capítulo 01. Encuentro inesperado

   —¡Mamá! ¿Qué haces aquí?

   Aisha sorprendida entendió que algo pasaba cuando vio que el reloj dejó de girar y sus compañeros que la rodeaban estaban inmóviles, supo que su madre la había ubicado con magia.

   ¡Ella fue encontrada!

   Han pasado cinco años desde que escapó del mundo en el que nació con los hechiceros del Oriente y acaba de obtener su doctorado en astrofísica y no quería regresar.

   Solo ver la apariencia de la piel grisácea de su madre le hacía recordar de qué huía.

   Aisha llevaba la típica ropa de las mujeres árabes, el hiyab de color arena le cubría su cabellera y todo el cuerpo.

   —Aisha, hija mía, he utilizado la fuerza remanente de mi magia para venir, debes encargarte y cumplir la promesa que hice hace años. Mi momento en este plano ha terminado.

   —¿Madre, qué dices?

   —Escucha hija. Me han arrebatado la vida a causa de aquel niño que ayudé a esconder, Leonid debe regresar y reclamar su lugar como Alfa de su manada.

   — ¡No puede ser mamá! ¿Quién te arrebató la vida?

   —Aisha, no tengo mucho tiempo, el mundo tal como lo conocemos depende de que Leonid regrese.

   —¿Cómo lo convenceré? Obviamente él no quiso regresar —expresó Aisha con resentimiento.

   —Debes encontrar la manera, es muy importante y solo puedo confiar en ti.

   —Pero madre… Yo no puedo, no soy tan fuerte como tú, y sabes que mi magia es errática.

   —Conmigo muerta eres tú la sacerdotisa de nuestro aquelarre y tu poder crecerá, sé que no es lo que quieres, pero siempre has sido una hechicera del Oriente.

   Su madre la miró con pena porque sabía lo que le ocurriría a su hija al comenzar a usar su magia de nuevo, una lágrima recorrió en zigzag y se perdió entre la intrincada mejilla reseca y grisácea como las piedras.

   Su madre entregó en sus manos el talismán que tiene el poder del lobo Alfa por derecho de la manada Selenials, la más antigua del mundo.

   Aisha lo tomó en su mano y el talismán brilló con una intensa luz dorada y se metió en su piel, la luz continuó marcando cada surco en su brazo.

   Aisha sintió el calor como fuego, el poder de un lobo Alfa que encontraba en ella una morada.

   Asustada se quitó el hiyab viendo la luz continuar el recorrido por su cuerpo y se centraba en las zonas donde la maldición le ha marcado.

   Todos los hechiceros del Oriente tenían este castigo de la diosa de la naturaleza y por eso Aisha ocultaba su cuerpo a los humanos.

   Desde sus tobillos hasta las rodillas y desde las muñecas a los codos, su piel tiene aspecto de piedra con líneas que lucen como runas que ahora están iluminadas con un poder que Aisha resiste, pero siente que la queman en carne viva.

   Cuando todo pasó, pudo ver con tristeza y resignación como el aspecto de piedra en su cuerpo avanzó un poco más a la altura de los muslos y también cubrió los codos por completo.

   Al exponerse a la magia la maldición avanzaba, llegaría el momento que su corazón se convertiría en piedra si no encontraba a alguien que la amara en verdad.

   —Algún día espero volver a verte hija de mi corazón.

   La imagen de la madre de Aisha desapareció y Aisha gritó llena de pena y frustración.

   — ¡Noooo! ¡Mamáááááá!…

   En la conferencia todos continuaban en silencio prestando atención al profesor, pero ahora que ha desaparecido el hechizo todos en el auditorio podían verla agitada y con el hiyab en las manos.

   —Señorita, ¿está usted bien? —preguntó el profesor.

   —Lo siento, debo irme —exclamó Aisha.

   Ya no podía esconderse en el mundo humano, ahora necesitaba hacer lo que le correspondía como hechicera.

Los Ángeles, California

   En cuanto el atractivo rubio altísimo bajó de su vehículo deportivo y saludó a la fanaticada, los suspiros, gritos y declaraciones de amor hicieron una algarabía.

   El cirujano plástico más afamado de los Estados Unidos y considerado un sex symbol a nivel mundial, Leonid Tarásov sonreía a su público.

   Cuando retiró de su hermoso rostro los lentes de sol y los puso en su cabellera perfecta hizo derretir a las aficionadas que se abalanzaron hacia él con la esperanza de conseguir tocar al menos la tela de su camisa.

   Leonid firmó uno que otro autógrafo en los posters de su programa de televisión recién estrenado, ya que en redes sociales es tendencia desde hace mucho tiempo.

   —Chicas debo ir a trabajar.

   “¡Te amo Leonid!”  Repetían las chicas a su alrededor.

   Entre la algarabía del público, Leonid escuchó a un niño que lloraba llamando a su madre y casi se desploma cuando recuerda la extraña visión que desde hace pocos días se ha vuelto más recurrente:

   Él era un pequeño y veía cómo su madre se materializaba en el suelo dejando de ser una enorme loba, estaba llena de sangre.

   — ¡Corre hijo! —La voz viene de un hombre, pero al voltear vio a dos lobos luchar.

   Él quiere regresar a ayudar al lobo y toma una espada, pero un monstruo lo carga y se lo lleva del lugar.

   Leonid cae en cuenta de la realidad cuando sienten que lo empujan y es su equipo de seguridad que lo i***a a continuar andando a su consultorio nuevo que ahora es también un estudio de grabación.

   Apretó los ojos y trató de sacar esas extrañas imágenes de su cabeza.

   «Me estoy volviendo loco»

   En el momento que Leonid levantó la cabeza, su mirada se consiguió entre la multitud con una mujer que llevaba la vestimenta propia de los países árabes.

   Entre todo lo que le parece extraño esto destaca, pues no puede dejar de ver a esta mujer entre el mar de gente.

   “¡Leonid cásate conmigo!”

   “¡Eres el mejor!”

   Continuaban gritando las chicas y Leonid fue escoltado por el equipo de seguridad lejos de la multitud.

   Desde que accedió a filmar consultas de casos especiales, su trabajo se ha vuelto farándula y sus pacientes personas del medio artístico y millonarios con más creatividad que buen juicio y que han deformado su cuerpo con algún tratamiento cosmético que se salió de control.

   Todo esto sin duda era gracias a su novia que era una cantante y bailarina de fama mundial.

   Ambos eran la pareja más bella y envidiada del mundo según los tabloides.

   Leonid buscó con la mirada la chica del hiyab, y es que no era nada normal que una mujer de su cultura se acercara a su consulta y menos entre un mar de gente.

   ¿Qué podía querer esta muchacha con él?

   Sorprendentemente, esta mujer árabe fue su primera paciente. 

   Leonid con su bata médica está sentado detrás de su escritorio y una maquillista quita el brillo de su rostro con polvo traslúcido cuando Aisha entró.

   Ella observó anonadada a todos los que estaban allí, la maquillista se acercó a ella para maquillarla y ella se la quitó de encima con un manotazo.

   Sin duda esto no fue lo que imaginó.

   “¡Acción!”

   —Hola, bienvenida a mi consulta, ¿qué puedo hacer por ti?

   Aisha observó a Leonid.

   Él pensó que el rostro de Aisha era el rostro femenino más perfecto que había visto.

   Ojos almendrados bajo tupidas cejas en arco armonioso, nariz igual de correcta para su tipo de rostro y labios más gruesos de lo que deberían ser, pero sin duda le daban el toque correcto de belleza que no se olvida.

   «Por eso llamó tanto mi atención» Pensó Leonid.

   —Mi nombre es Aisha Rasi, ¿me recuerdas? —Aisha susurró deliberadamente tratando de evitar que la cámara la enfoque.

   Leonid unió sus cejas y sonrió.

   —Estoy seguro que no te conozco, tienes un rostro inolvidable.

   Aisha sonrió y sus mejillas se tiñeron de rojo y eso para Leonid era cotidiano, él era muy atractivo y las mujeres se lo hacían saber.

   —Quizás me recuerdes llevando menos ropa —murmuró Aisha de forma ingenua, pero Leonid sonrió y miró a la cámara.

   «Portia querrá mi cabeza en una bandeja por esto» pensó Leonid en su novia.

   Leonid sonrió.

   —Creo que recordaría haberte visto sin ropa.

   Todo el personal de la sala puso cara de sorpresa y el director del programa estilo reality show celebró.

   “¿Este episodio traerá un chisme jugoso?”

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