Parecía muy fácil, pero cuando Milo iba a apretar el artilugio y ya su mano se tensaba sobre la navaja, Aysling lo atacó por la espalda.
“¡Ahora Rose!”
Rose no lo pensó ni un segundo y se volvió una sombra para escapar.
“¡Aaahhh!”
«“¡¡Rose!!”», los gemelos rugieron al escuchar el grito de dolor