Maell la toqueteaba y le acariciaba los pechos, la mordía y chupada.
La boca de Rose pasaba de una lengua a otra y los pensamientos de los tres estaban en llamas.
Aun así, ella recordó que sus mates le estaban dando placer a su cuerpo, sin embargo, ellos estaban duros a rabiar.
Bajó sus manos,