Horas antes:
Me había despertado, escuchaba muchas voces provenientes de afuera supuse que era por la brusquedad exhaustiva del cadaver del rogue que había atacado a Arturo, al despertar Akira se encontraba sobre mi pecho la bese y no despertó sonreí mirándola con los labios entre abiertos y su naricita roja en la punta mientras su cabello estaba todo regado sobre mi pecho
—cuanto te amo mi reina—
Le susurré y con cuidado la separé de mi y cubrí su cuerpo con la manta, caminé para proceder a ir al baño y darme una ducha.
Terminé mi baño, me cambié y volví a la cama, le di más besos en su mejilla
—vuelvo pronto no despiertes—
Le susurré y salí de la habitación cerrando la puerta tras mio, baje las escaleras y fui a la cocina
—¡buenos días!—
Dije sin mirar a nadie abriendo el refrigerador y tomando algo de jugo
—¡buenos días señor naim!—
Escuche a las demás decirme tome el jugo y me senté en una de las banquetas de la cocina
—¿desea algo de desayunar?—
Saraí la mucama a llegada a