COLETTE
La ducha de agua caliente no me quita esta sensación de malestar en el pecho, sé lo que es vivir con mi tío y primos, por esa misma razón me fuí a estudiar al extranjero, en donde no solo poco a poco fui cortando los lazos con lo que quedaba de mi familia, sino, que los dejé sin dinero al haberme divorciado de Harvey, cosa que supe jamás me iban a perdonar.
No encontré vuelos para Londres, por lo que Roan decidió ayudarme y prestarme su avión privado, cosa que agradecí, y ahora estoy metiendo lo que hace falta en solo una pequeña maleta de mano, porque pienso regresar.
—Todo estará bien —me digo a mí misma.
Estoy tan nerviosa, que las manos me tiemblan cuando agarro las cosas y estas se me resbalan sin que pueda hacer mucho al respecto. Le he vendido el alma al diablo con tal de salvar a Killian, mi bebé. Llaman a la puerta y entra Renzo con un ojo morado.
—¿Qué te ha pasado? —pregunto sin poderme detener.
—Una pelea con una gata, nada importante —su tono de voz se oscure