Habían pasado unos días y me estaba cansando de estar atrapada en la mansión. Andrew siempre estaba trabajando también, así que no es como si pudiera molestarlo.
Cogí el teléfono de la casa y marqué el número de Andrew. Se necesitaron algunos intentos, pero finalmente respondió con un tono desagradable.
-Hola -dijo su voz profunda y ronca por teléfono.
-Oye… -me mordí el labio inferior nerviosamente.
-Sofía, ¿qué pasa? -preguntó An. Podía oír algunos ruidos en el fondo.
-Estoy aburrida, ¿puedo salir a buscar comida? -cuestioné rápidamente, rezando para que me dejara salir