—¿Se parecía mucho a mí? —André bajó la vista, mientras un suspiro salió de su boca cuando su hijo Pierre, de 5 años, le preguntó.Acarició su cabeza lentamente, y luego volvió los ojos a la descripción de lápida.—Mucho… Sé que no puedes recordarlo, pero era tu persona favorita cuando eras un bebé… es como si, le estuvieras regalando su último año… Lo hiciste muy feliz…Pierre sonrió mirando la foto de su abuelo, mientras su pecho se hinchó de orgullo. Lo que no sabía es que su padre estaba de pie restregando sus lágrimas, tratando que su hijo no se diera cuenta de ello.—Entonces… —el chico se giró—. ¿Grito como si me hubiese roto la cabeza, y me tocó la rodilla fingiendo dolor…?André sonrió maliciosamente, y luego se puso de cuclillas para asentir.—Debes parecer que todo es real…—¿Y qué pasa si mamá no me perdona?André se puso serio, y luego negó.—Mírame… ¿Cuándo he dejado que pierdas? —Pierre negó varias veces.—Nunca…—Exacto, déjame a tu madre a mí, ella… tengo un dulce sec
No puedo estar más agradecida con todas ustedes que llegaron hasta aquí, conmigo. Esta historia fue un reto, y una gran emoción en todos los sentidos, y siempre la llevaré en mi corazón. Espero que hayan disfrutado este recorrido, y que siempre guarden a estos personajes en sus mentes para que no los olviden, y sobre todo para que siempre los vivan como yo lo hice, en cada episodio. Gracias por su apoyo, por cada comentario que muchas veces me motivó a seguir, a dar lo mejor de mí, y sobre todo agrandó mi corazón. Ustedes son las mejores lectoras del mundo, y me siento muy orgullosa de tenerlas. Así que, con esto, me despido de UN TRATO CON EL MILLONARIO. Las quiero, Majo. En la camarita, estoy como majonissi