Corro hacia ellas, empujo a los dos guardias que las traen como si fueran criminales. Su único delito ha sido hacerme caso ¿Cómo se atreven a ponerles la mano encima?
— Dios mío ¿Cómo estáis? — pregunto sin querer tocarlas demasiado.
Esas heridas de sus rostros no tienen buena pinta. Hematomas y sangre seca es el decorado de estos lienzos.
— Estamos bien, no se preocupe — musita Noah.
— Id a mi habitación, voy a por medicinas. No tardaré.
Ni por asomo mi primera parada es la enfermería ¿En serio Maximilian cree que voy a colaborar después de esto? Está loco. Solo puedo reafirmarme en mis creencias y estar segura de que aunque ha sido duro, lo mejor que he hecho ha sido desafiarle.
Andrew me sigue de vuelta al despacho de su padre. Me conoce y sabe lo que viene ahora y aun así no intenta impedirlo ni disuadirme. Mie