Camina hacia mí con el mismo deseo con el que yo le espero tumbada sobre la cama.
Hemos tenido demasiado de todo; demasiado drama, demasiado dolor, demasiada desconfianza y celos. Solo quiero estar junto a él y descansar. Quererlo y que me quiera. Nada más.
La puerta se abre y todos mis amigos los rebeldes entran en barullo. Tendríamos que haberlos dejado encerrados un par de horas.
Rose y Lou se sientan en la cama conmigo. No puedo reprocharles nada, han venido hasta aquí por mí. Nunca he tenido amigos que no fueran del servicio y ahora tengo tantos que se han arriesgado para ayudarme que ni en mil vidas podré compensarlo.
- ¿Cómo estás? Estás más delgada. Voy a tener que hacerte mis famosos potajes para que engordes, pareces un alambrillo - mi madre postiza cuidando una vez más de mí.
La abrazo y hundo la cabeza en su hombro.
- Muchísimas gracias. Os he echado tanto de menos...
La fiesta se traslada de la habitación, donde iba a ser divers