Adrien estaba furioso y agotado después de la farsa de la rueda de prensa. Sabía que su madre estaba jugando un juego peligroso al manipular su vida de esta manera, y no estaba dispuesto a seguir sus órdenes ciegamente. Después que se levantó de la mesa, Lucrecia lo siguió antes que pudiera salir del hotel

— Adrien, necesitas entender que esto es lo mejor para la empresa, para nuestra familia y para ti. Valeria es una mujer excelente, y casarte con ella asegurará nuestra posición en la sociedad y el éxito continuado de New Madison —insistió Lucrecia, manteniendo su tono autoritario, mientras lo janoleaba del brazo

— ¡Madre, basta! No pienso casarme con Valeria solo para satisfacer tus ambiciones y planes. Esta es mi vida, y no permitiré que me la manejes como si fuera una pieza en tu ajedrez empresarial —replicó Adrien con firmeza.

— Adrien, no seas tan impulsivo. Tu padre siempre quiso lo mejor para ti, y Valeria es una elección lógica. Con su conexión con la industria de la moda y