«Esta ausencia by David Bisbal» se escuchaba en las bocinas del pequeño y acogedor restaurante al que Óscar llevó a Samantha.
La joven liberó un suspiro mientras las notas de la melodía se clavaban en su alma, entonces sus ojos se enfocaron en la rústica decoración, y aquellos muros de piedra que evocaban épocas pasadas, las baldosas color barro combinaban a la perfección con la madera de las sillas.
«Esta ausencia infinita, de noches y días, no tiene final. Fue tan fácil decir, que el adiós sanaría las espinas clavadas, en tu alma y la mía…»
La canción finalizaba y tanto Samantha y Óscar permanecían en silencio, sumidos en sus recuerdos. Ambos intentando borrar de sus memorias los nefastos acontecimientos que sucedieron antes de su se