Los días pasaban y, por suerte, Abi no había recibido noticias de Lucca. Sin embargo, sabía que él no se quedaría tranquilo al descubrir que las niñas eran sus hijas. Solo esperaba que no intentara llevarla a juicio por la custodia.

John y ella estaban inmersos en los preparativos de la boda, que se celebraría en menos de un mes. Abi estaba emocionada. Su vestido de novia era precioso, y Bella, Beca y Amy la acompañaban a probárselo.

—Estás radiante, el vestido es impresionante —comentó Amy, entusiasta por su amiga.

—¡Mamá, pareces una princesa! —Las niñas también estaban encantadas de ver a su mamá tan feliz y hermosa.

—Solo falta el peinado.

—¡Sí! Isabella vendrá para peinarme y será una de mis damas de honor —dijo Abi. Isabella y ella mantenían su amistad a pesar de la distancia, y había viajado varias veces a Estados Unidos para conocer a las niñas, y ahora asistiría a la boda. Aunque, no estaba completamente de acuerdo con la decisión, al igual que Amy.

—¡Qué bien! Hace much