Después de cortar con Juliet, Lucca llamó a Antoine, desesperado por que lo acompañara a entregar el dinero. Se sentía devastado; no podía creer que esa mujer lo hubiera decepcionado de esa manera. Durante todos los años que fue su amante, nunca se había comportado así, y mucho menos con su hijo.

Su primo llegó rápidamente a la casa tras recibir la llamada y vio que Lucca estaba reuniendo todo el dinero en un maletín para entregárselo a Juliet.

—¿Estás seguro de lo que estás haciendo? No podemos negociar con ella. Cada vez que necesite dinero, se llevará al niño —dijo Antoine, indignado. No podía creer que esa mujer fuera tan cruel como para usar a su hijo.

—Estoy seguro. Una vez perdí al amor de mi vida por el dinero. No voy a perder a mi hijo ahora.

—Bueno, tienes razón, pero debemos hacer algo para recuperar a Marco y evitar que ella se lo lleve de nuevo.

—Voy a traer a mi hijo, denunciaré a Juliet y le pondré guardaespaldas hasta que su madre deje de molestar.

—Está bien, per