Capítulo 57 (Epílogo)
Alejandro
Ya habían pasado dos meses exactamente y la tranquilidad, el amor y la vida nos estaban sonriendo a todos.
Hoy era un día muy especial, puesto que le pediría a Marina que se casara conmigo otra vez. Quería que ella tuviese la boda que se merece rodeada de amigo y familiares, no como la primera en dónde solo estuvimos nosotros dos y un gigante muro de por medio obstruyendo nuestro amor.
Tenía todo preparado para que fuera bien romántico, pero las náuseas del embarazo y sus cambios de humor me hicieron optar por lo más sencillo. Un gran pote de helado almendrado y una caja de chocolates, era todo lo que necesitaba para hacer feliz a mi hermosa mujer.
– ¿A qué se debe que me consientas tanto? – me pregunto con una sonrisa mientras llevaba lo que le traje a su boca con una sonrisa.
– ¿Qué acaso no puedo consentir a mi esposa?
– Si lo puedes hacer, pero luego no te quejes cuando me ponga como un globo y parezca que en cualquier momento podré explotar.
– Cu