Daniela
No logré contener mis lágrimas en la media hora que tardamos en regresar a la casa de mi madre.
Mi madre no me contó demasiado sobre que le ocurre a mi Vale, pero yo temo lo peor.
Quizás los doctores se equivocaron y ella si heredó la enfermedad de Regina quizás tiene pulmonía o algo muy grave.
Los niños pequeños son propensos a muchas enfermedades.
Cuando llegue a mi casa David se encargó de cargar a Ángel y mi madre bajo las escaleras con la Valeria en brazos.
Mi pequeña pálida y su rostro tiene un color rojo.
Sin dudarlo la cargue entre mis brazos y deje varios besos en su mejilla la cual está caliente.
—¿Qué le pasó, mamá?
—Tiene temperatura, pero ya la estamos controlando no debiste venir, Daniela.
—¿Cómo no iba a venir cuando mi hija me necesita? ¿Estás bien mi consentida?—Deje otro beso en su mejilla y me percaté de la mirada extraña de David
Es verdad Valeria más que mi sobrina o mi ahijada es mi hija, mi hija del corazón. La hija que Regina me entrego y a la cual p