Narra Arthur.
Después de ver a Annel con ese tipo, salí a casa de mi tío, él siempre me ha apoyado mucho desde que me salvó aquella vez, quizás él sepa cómo ayudarme o lo más seguro dirá que lo hable con mi terapeuta, puede que tenga razón, pero necesito más consejos.
—¡Arthur! Qué milagro que vienes a verme. – me saluda una vez que me ve.
—Ya sé que casi no vengo, pero necesito tus consejos. – digo y me mira sorprendido.
—¿sobre qué? ¿es de la empresa? – pregunta con dudas.
—No, es… algo más. – me siento un poco nervioso.
—Dime– lo miro y me mira con curiosidad.
—Me gusta una mujer y no es Bárbara, es alguien más. – está en shock.
—¿de quién se trata? ¿la conozco? – espero que en cuanto le diga no se moleste conmigo.
—Es… - dudo un momento, pero continuo. – Annel Maxwell. – espero no meterme en problemas.
—¡¿Estás loco?! - ¡Lo sabía! De aquí no paso.
—No lo sé, sólo sé que ella me atrae más de lo que me pude imaginar. – digo con frustración.
—Te conozco, y eres un mujeriego sin remed