Capítulo IX
El emporio de una mujer
En los centros de control de las diferentes empresas del emporio industrial de los Greene, se percataban de que un cambio a mejor estaba acaeciendo, pero ignoraban de quién provenía. Las manufacturas crecían en las exportaciones y se estaban construyendo seis polígonos industriales nuevos en Thailandia y España. Ahora tocaba restaurar el corazón y restañar las heridas además de resolver el misterio de las cartas que permanecía en la sombra.
-Harold no te lo dije porque estaba fuera de su ámbito era camarera, y eso demuestra a las claras que no quería el dinero de mis padres, siempre condicionado a hacer lo que ellos desean de mi. He vivido varios años libre de us dictados y en una buhardilla de doce metros cuadrados. Tengo poca ropa, barata y cobro una miseria.
-Yo debí escucharte como lo hago ahora, pero me sentí engañado sin razón, ¿podrás perdonarme algún día?
-No seas tonto no hay nada que perdonar solo