Cap. 36 Una trampa para Valka
Kara llegó al sitio acordado, estaba nerviosa y por lo pasado con Beto, sintió hasta escalofríos de imaginarse en la cama con ese sujeto. Cuando el programador llegó, ella sonrió:
—¿Lo tienes?
—Completo.
—Genial.
Recibía el pendrive, sacaba un fajo de dinero en efectivo.
—Tu paga, y ya sabes —señaló—, no quiero problemas con nadie.
—Tranquila, cuando estalle todo estaré lejos.
Ella sonrió y colocó el pendrive en su laptop y comenzó a analizar los diseños de Valkánica, sonrió, eran bastante buenos y si ella sacaba esa colección se iría para arriba. Llamó a la Duquesa Stanton.
—Tengo lo que necesita.
—Perfecto, iré a verte.
Kara estaba ansiosa, miraba a todos lados y de repente vio una limusina estacionarse y de ella bajar un hombre elegante:
—Señorita Razar, ¿puede acompañarme?
—Lo siento, espero a una persona.
—La persona que espera está en el auto.
Eso la inquietó, miró a todos lados y entonces entró en el automóvil y vio a una bella mujer vestida de negro, con un sombre