CAPÍTULO 67: UN NUEVO SALVATORE
Katherine abre los ojos lentamente, luchando contra el peso abrumador de la anestesia y el cansancio. El mundo a su alrededor es un montón de formas borrosas y luces pálidas que se disipan con lentitud. Parpadea varias veces hasta que sus ojos consiguen enfocar la habitación fría y estéril, y entonces lo ve a él.
Anthony está sentado junto a su cama con los codos apoyados en sus rodillas y las manos sosteniendo su cabeza gacha. Su postura refleja pura preocupación y agotamiento, como si el peso del mundo descansara sobre sus hombros. Es una imagen que ella nunca imaginó ver: el hombre que siempre parece invencible, ahora abatido.
Con esfuerzo, Katherine levanta una mano temblorosa. Apenas logra moverla, pero el gesto no pasa desapercibido. Anthony alza la cabeza de inmediato, sus ojos oscuros se encuentran con los de ella en un instante.
—¡Katherine! —exclama, poniéndose de pie de un salto. En un segundo está a su lado, tomando su mano entre las suyas c