No había mucho que hacer, así que este, era un buen momento para despejar la mente.
Veinte minutos después.
Pedro y otra persona bajaron del coche frente a un restaurante musical.
A diferencia del bullicio de los bares, este restaurante musical era bastante tranquilo. Grupos de amigos se reunían, bebían algo, charlaban y escuchaban música en un ambiente muy relajado.
—¡Lizbeth! ¡Aquí!
Recién habían entrado al restaurante musical cuando una chica de cabello corto se levantó y saludó a Lizbeth con la mano.
Pedro siguió el sonido y descubrió algunas caras bastante familiares.
Una era la chica bonita, de cabello corto, Aurora.
Otro era Elías, una figura muy destacada en la escuela.
Los otros eran jóvenes hombres y mujeres, algo conocidos, pero cuyos nombres no podía recordar.
La única cara nueva era la de una chica vestida con uniforme, que irradiaba juventud y belleza.
Su rostro era delicado y hermoso, su apariencia pura y su presencia algo sublime.
Una persona que, con una sola mirada, p