—Sublíder, todo lo que hago es por la reputación de la Federación del Camino Marcial —frunció el ceño Samuel y dijo—. Este muchacho mata sin culpa, es prepotente y arrogante, no tiene en cuenta a la Federación del Camino Marcial. ¡Si no lo capturamos a tiempo, los problemas futuros serán interminables!
—Sr. Samuel, he visto claramente todo lo que ocurrió recién. Has sido tú quien constantemente ha sido agresivo y tiránico —Leonardo habló con tono sereno—. Además, sin la orden del Líder, activaste a los Tres Guardianes por tu cuenta, rompiendo las reglas. Si insistes en tu error, estás cometiendo un delito a sabiendas, ¡y tu crimen merece una pena mayor!
—¡Tú! —Samuel, encolerizado, apretó los dientes y bajó la voz—. Sublíder, si estamos en el mismo bando, ¿vas a enfrentarte a mí por este joven?
—Sr. Samuel, yo siempre actúo con justicia y no torceré la ley por favores personales.
Leonardo habló con convicción:
—El bien y el mal serán juzgados justamente. Creo que todos aquí desean ver