Capítulo 2

Bosque Encantado de Hoia-Baciu

Cumpleaños de Velkan y ascenso a Alfa de la manada Guaico

Diez años atrás...

Sara

Un día, solo eso faltaba para que Velkan tomara su lugar como alfa de la manada Guaico, una población mestiza donde los lobos conviven con los vampiros, hadas, ángeles, demonios, brujas y no sé qué más. Yo no estoy segura de que clase de ser sobrenatural es Mara y Katrina, pero sé que tienen su poder aunque yo no sepa en qué clase debo calificarlas o separarlas.

¿Por qué dije que creí que faltaba un día para el ascenso a alfa de Velkan? Bueno, sucede que saqué mal la cuenta y tomé el ascenso y cumpleaños de don machote, como la fecha estipulada que él me dio para marcharme.

—¿Entonces está vez sí entendiste bien? —la voz de Taker, me saca de mi ensoñación—. No saques cuentas de acuerdo a las fechas de tu dimensión porque no te darán igual, nada es similar al lugar de donde vienes, es como si nosotros viviéramos solo a seis horas diferencia, pero lo que cambia es que nosotros aquí existimos y en tu dimensión no.

—Eso lo entiendo y estoy muy sorprendida cómo pueden cambiar las cosas sin darme cuenta —admito—. ¿Esto terminará bien, Taker? Oye, ¿cómo es que sabes que vengo de otra dimensión?

—No digo que nosotros seamos unos completos prodigios aquí —se burla—. Sara, vivo bajo la merced de Aarón, esas chicas con quién vivo no se guardan nada, lo único que lamento es no poder tocarlas como quisiera.

—¿Esto terminará bien, Taker? —ignoro su respuesta anterior—. No sacaré cuentas de acuerdo a mi dimensión, entonces... ¿hoy es el cumpleaños de Velkan?

—Su cumpleaños cuatrocientos y su ascenso a alfa de la manada —responde señalándome hacia donde estaba el ambiente tenso.

Ahí se encontraba el padre de don machote, muy serio viendo a su hijo, el color de sus ojos cambiaban rápidamente y no podía definir un color en específico, sentía mi corazón latir con fuerza porque de la misma manera en que miraba a su hijo, lo hacía conmigo. El miedo se apoderó de mi cuerpo al notar la sonrisa macabra del señor, Taker da dos pasos hacia adelante y Aarón aparece de la nada a mi lado, me giro a verlo y está completamente transformado en un demonio, Mara está a su lado y sus orejas puntiagudas y un color verde claro en su piel, me hacen sorprender, Katrina es una calavera y todos están en modo de pelea.

Creo que nada saldrá bien de esto.

—Traes a la liga de la justicia porque todavía no te controlas, Velkan —se burla el señor.

Una campana sonó a lo lejos, haciéndome erizar la piel, los humanos que quedaban se transformaron en lobos e hicieron una reverencia en dirección a Velkan.

—¡No, no lo alaben que su alfa soy yo! —gritó, Daniels.

Los vampiros, los chicos, Taker... todos, hacían reverencia ante Velkan, miro al cielo y la última luna llena del año, brilló fuertemente, iluminaba el bosque y no había ni una nube que la tapara.

—¡No permitan que él ascienda, destruirá a la manada a su antojo! —se volteaba en busca de algún tipo de ayuda.

—Son las doce —dijo la madre de Velkan con orgullo—. Mi hijo pudo controlar su lobo interior y la diosa Luna le permitió llegar a alfa legendario, después de cuatrocientos años volvemos a tener un lobo de sangre pura.

El crujido de huesos rompiéndose llama mi atención, Velkan comienza a dar gritos de dolor, escuchaba como sus huesos se partían y sus brazos y piernas caían sin movimiento, no se elevaba como lo hizo Cheeses al morir, Velkan estaba en el suelo gritando de dolor y eso me hizo desesperarme demasiado.

—¡Por favor, que alguien lo ayude o haga algo para que no sienta más dolor! —intento acercarme, pero Aarón me detiene, su mano quema mi piel haciéndome hacer una mueca de dolor.

—Perdona, Luna —me suelta—, pero no puedes acercarte, Velkan está recibiendo sus poderes legendarios y si es interrumpido podría morir.

Abro los ojos con sorpresa y asiento rápidamente, vuelvo a ver a Velkan y quedo impactada al ver su pecho levantarse y nuevamente crujir, empiezo a llorar y sentir desespero por no poder hacer nada.

—No llores, bonita, yo estoy bien y si tú lloras me harás sentir inútil por no poder hacer nada para ayudarte —la voz del invasor de mentes era suave, se podía sentir su dolor.

—Lo prometo, no lloraré más —limpio mis lágrimas, y le sonrío cuando sus ojos se encuentran con los míos.

—Así eres más hermosa, mi luna —su voz me partía el alma, pero no le quise demostrar nada más, ya le bastaba con su dolor.

Miro hacia los lados y veo que todos siguen en reverencia sin moverse, el padre de Velkan estaba de espaldas peleando no sé con quién y yo aproveché de acercarme de manera sigilosa a mi don machote.

—Hey —le digo cuando llego a él, me había acostado en el suelo y aunque moría por tocarlo, no lo hice—, todo estará bien, soy la supervisora de tus sueños, amor.

Sus ojos se abren y su respectiva heterocromía, me saludan, solo que esta vez sus ojitos eran de color rojo y negro, mi corazón latía con fuerza y sus hermosos ojos solo me miraban atentamente con alegría.

—Eres la mujer más hermosa y valiente que la diosa Luna me pudo enviar —la dulce voz del invasor de mentes me estaba causando estragos fuertes en mi corazón.

Cierra sus ojos y sus huesos siguen crujiendo, su piel era gris, su cabello estaba creciendo y la forma de su rostro estaba cambiando, colmillos salieron de su boca y su nariz estaba cada vez más alargada.

Su rostro estaba perdiendo su forma humana y parecía más un lobo.

—¡Sara! —fui tomada por Ares desde mi cintura y levantada del suelo—. No es seguro para ti.

El aullido de un lobo se escuchó muy cerca, un relámpago cayó en Velkan y sentí como todo mi ser se desplomó.

—¡Velkan! —grité entre lágrimas.

El padre de los chicos se transformó y varias brujas vestidas de negro aparecieron para estar al lado del señor, el cuerpo de Velkan había desaparecido y el resto de los lobos estuvo en alerta por la aparición de las brujas.

—Debes irte —me dice Taker, los policías empezaron a pelear contra las brujas, pero al matar a una, aparecían más—. No es seguro para ti estar aquí porque todavía la transformación de Velkan no está y te podemos proteger, pero nadie lo hara mejor que tu mate.

Intentan alejarme del lugar, pero las brujas nos rodean y alejan del resto de los lobos, los aullidos y los gritos en otros lados del bosque se escuchaban.

—¿A dónde van? Está forastera no se va de aquí viva —el padre de Velkan me mira con asco.

—Debemos sacarla de aquí como sea —toma mi brazo Ares, me empieza a jalar mientras los demás pelean contra las brujas.

—Llévatela lejos mientras nosotros nos quedamos aquí y le damos tiempo a ustedes para que se marchen —Aarón le informa a Ares.

Antes de volver a decir algo, el padre de los chicos nos golpea con su pata a Ares y a mí, fuimos lanzados por el aire y mi espalda fue golpeada por un árbol, el dolor fue intenso, desgarrador y tan doloroso que no sabría darles una explicación.

—Sara, ¿estás bien? —la voz de Ares me sobresalta, intento levantarme, pero el dolor es demasiado intenso—. Dios mío, Sara... tú no —le sonrío.

—No digas nada, pásame tu mano y ayúdame a levantarme —le pido con dificultad—. Solo es un pequeño golpe en la espalda.

—Velkan me va a castigar cuando vea que te golpearon con fuerza la espalda, Sara —me ayuda a ponerme de pie.

El dolor era fuerte, pero debíamos irnos, no sé cuánto más le faltaba a Velkan para regresar, pero aquí todos estaban luchando para que su ascenso como lobo fuera perfecto.

—¡No te irás, forastera! —el gruñido de Daniels fue fuerte, áspero y tenebroso, Ares intentó correr, pero solo se detuvo a esperar a que llegara el golpe—. Nunca debiste venir aquí y dañar la paz en mi manada.

Ares se pone frente a mí para protegerme, el aullido de Velkan me hace sonreír.

Está listo.

Los lobos le responden el aullido y las brujas empiezan a diestra y siniestra a acabar con todos a su paso, Ares me tomó del brazo por seguridad y en alerta por lo que había dicho su padre.

—Corre —murmura mi amigo y se enfrenta a su padre.

—Gracias —le digo, aunque sé que ya no me escuchaba, empiezo a correr y veo como una de las brujas tenía a Rose, iba a dejarlo pasar, pero no puedo, no puedo dejarla ahí porque ella no tiene la culpa y más que todo porque ella es mi hermana menor.

—Vamos, niña, tú no debiste seguir a los adultos, debiste quedarte en tu casa como un perro obediente —le jala el cabello.

—¡Suéltala! —tomo una piedra y se la lanzo a la bruja—. ¡Déjala en paz ahora mismo!

—El juguete mayor —me ve con malicia, empuja a Rose al suelo con demasiada fuerza, escucho alboroto porque Velkan se acerca y aprovechando que la bruja se distrajo, voy a dónde mi hermana—. ¡Jamás volverás a poner un pie en este lugar! 

Y pasó, dijo unas palabras en un idioma extraño, me elevó y algo extraño me atravesó, abrí los ojos sorprendida y el aire había abandonado mis pulmones.

—¡Sara! —el grito de los chicos con dolor, hicieron que empezara a llorar.

Soy una llorona en potencia.

La rama fue sacada de mi y caí al suelo haciendo un estruendo, veo a un enorme lobo blanco acabar con la bruja que me había lastimado, sonrío al ver que se acerca a mí con su forma humana.

—Perdóname por haberme demorado tanto, bonita —la voz ronca y de arrepentimiento me hizo eco en la mente—. ¿Qué hago, cómo puedo curarte?

—Velkan, no pasa nada —me toma entre sus brazos y pone su mano en mi—. No es tu culpa, ella iba a hacerle daño a Rose y no se lo podía permitir.

Sus ojitos se llenan de lágrimas y muerde sus labios hasta romperlos.

—Ahora que por fin había dado contigo y... —se calla por unos minutos—. ¡Luna, alguien, ayúdenme con Sara!

Escuché hablar a Miguel en latín, los pasos acercándose a mí me hicieron dar escalofríos, mi visión se estaba poniendo borrosa y respirar se me estaba dificultando.

—Sara... —el lamento de Mara me hizo llorar.

—¿Así de mal es mi situación? —toso, en un intento de hacerle una pregunta a Velkan.

—No, bonita, tú estarás bien —besa mi frente y me acurruca más a su cuerpo—. Si así tenía que ser mi cumpleaños y mi ascenso, juro por mi vida que no lo hubiese aceptado —me abraza y lo escucho sollozar.

La luna se hizo más brillante y con ella vino la lluvia, un lobo con una hermosa mujer encima de él, se aparecieron frente a mí.

—¿Quién es ella, Velkan? —mi respiración era cada vez más lenta.

—No hay nadie —me dice después de mirar hacia los lados—. Sara, no me hagas esto, por favor.

—Ah, es Yara —sonrío con dificultad—. Me dijo que vino por mí.

—¡No, Sara! —toma mi rostro—. Mi amor, tú no me puedes dejar, por favor.

—Me duele respirar —mi cuerpo titiritaba del frío—, perdóname por no haber sido una chica normal y no haberte aceptado todo este tiempo, pero nunca olvides lo mucho que te amo.

—Sara, no te despidas —lo escucho llorar, lamentablemente ya no lo podía ver—. Mi amor, tú eres mía, yo te reclamé. ¡Dios, Sara, tú eres mi mate!

—Dime que me amas y cambiarás las cosas en tu manada, no permitas que las reglas de tu padre sigan estando en el lugar de las tuyas —le pido.

—Sara...

—Por favor —acaricio su rostro.

—Te amo, bonita y lamento mucho no poder haber venido antes, lamento mucho no poder haberte protegido y lamentaré toda mi vida el no poderte salvar —besa mis labios, sus lágrimas cayeron en mi rostro.

Sonreí, pero ya no pude aguantar más, mi mano cayó al suelo y mi respiración se detuvo.

—¡No! —el grito desgarrador de Velkan, se escuchó—. ¡Sara, no me dejes, por favor!

Lamentablemente Sara ya no podía escucharlo más, su vida había abandonado su cuerpo y Yara, la diosa Luna le había parado el sufrimiento a la pelirroja. Si quedaba con vida, sufriría demasiado por la falta de movilidad en su cuerpo, también le fallaría su memoria y no despertaría por un largo tiempo. Hoy el lobo legendario lloraba la partida de su gran amor, pero él sabía que si ella quedaba con vida, sufriría, hoy no lo acepta y pasarán muchos años hasta que lo logré asimilar, pero el sufrimiento para la mujer que ama, no lo podía permitir.

Yara cumplió el último deseo de Sara y solo ella protegerá el nuevo legado de Velkan.

—No pude lograr quedarme, ¿podrías permitirle a Velkan ser feliz? Dicen que la tercera es la vencida —le pide Sara a Yara.

—Nuestra misión era hacerlo fuerte y te prometo como la diosa Luna que soy, que haré cumplir tu último deseo —le respondió Yara.

—No quiero que sufra más, solo permítele que sea feliz por una vez en su vida —ambas se miran a los ojos.

—Lo prometo, Sara —le da la mano—. Es hora de que te vayas, tu misión en este mundo terminó, lamento mucho que fuera de esta manera, pero el destino a veces es así.

—Está bien, por favor, no dejes solo a Velkan y que está vez su mate y él logren ser felices —una lágrima caía de su rostro, tomó la mano de Yara y juntas desaparecieron entre el bosque y la oscuridad.

Porque cada día tendremos un nuevo amanecer.

Velkan, tú tendrás tu nuevo amanecer, aunque no sea con la mujer que un día deseaste y pensaste.

Así es la vida y hoy te tocó aprender la última lección. 

Amar hasta que la muerte los separe.

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