James sale del hospital y va directo a su auto. Ya está bastante cansado, sus ojos casi se cierran, y en algunos momentos se sorprende a sí mismo cabeceando en el camino. Decide detenerse un momento en el arcén para intentar despertar, dándose unos golpecitos en la cara. Después de estar más activo, James regresa a la carretera y conduce hasta el Hospital Central, donde están internados Camila, Lara y Lucas. Estaciona el auto y se dirige directamente a la habitación donde está Lara, golpea la puerta y la abre de inmediato. Lara está sentada en la cama hablando con Marina, y al ver a James, se vuelve hacia él preguntándole por su padre.
— ¿Cómo está papá? ¿Lo viste? ¿Está bien? ¿Preguntó por mí?
— Tranquila, mi amor, no necesitas tanta efusividad. Sí, hablé con él. Está bien, estaba esperándote, pero le expliqué lo que te estaba sucediendo y lo entendió perfectamente. Le prometí que cuando haya tiempo, pasaré a hablar un poco con él, pero tú solo irás después de estar fuera de peligro.