Anochecía en la Momposina, Joaquín se tomaba un café en la terraza. En el cuartel de los trabajadores se escuchaba a lo lejos. «Tres noches by Los Diablitos del vallenato»
«...En nuestra habitación oigo tus pasos, solo tres noches y ya parecen un siglo, cobarde fui lo sé al causar tu llanto, y hoy sé que soy feliz solo contigo» ...
Joaquín llamó a uno de sus empleados.
— Ve Ismael, haceme un favor, tráeme una botella de aguardiente.
—¿Está seguro patrón? —averiguó dubitativo.
—Para mí la vida sin mi reina no tiene sentido…
Minutos después Ismael le entregó la botella, y dos copas para servir el trago.
Joaquín la destapó, sirvió en los vasos el lico