Parte 1...
Natália miró al sacerdote sin entender completamente lo que decía. Su tía hablaba animadamente sobre la boda y el sacerdote le deseaba felicidades y demás.
Ella solo asentía con una sonrisa.
— Con permiso - Júlio la tomó del brazo — ¿Puedo llevar a mi esposa conmigo?
— Claro, hijo mío - dijo Célia — Ahora es toda tuya - lo besó — Siempre te he adorado, muchacho.
Natália rió. Solo su tía podría llamar a Júlio, ahora con barba, de muchacho. Un hombre adulto. Se despidió de ellos y salió del brazo de su esposo.
— ¿Y ahora a dónde vamos, muchacho? - rió.
— A un lugar solo para nosotros - abrió la puerta del coche para ella — Y deja de molestarme con eso. Hace una semana que has estado repitiéndolo - dio la vuelta.
— Culpa de Célia - rió más — Ahora ella piensa que eres el salvador de la sobrina - gesticuló rodando los ojos.
— Divertida - encendió el coche — Ahora, esposa - asintió con la cabeza sonriendo — Vamos a viajar.
— Hum, por fin - movió la cabeza — ¿Sabes que trabajé pa