Parte 2...
— ¡Claro que sí! - la miró seriamente — No vas a ser madre soltera si puedes tener un esposo.
— Los tiempos han cambiado, ¿sabes?
— Bla, bla, bla... - hizo una mueca imitándola — Los tiempos han cambiado, una porquería - levantó el dedo — Solo si es en casa de los demás, porque aquí no, señora - pateó el suelo.
— Tía, no es así como suceden las cosas.
— Sé cómo suceden - señaló con el dedo — Y tú, joven, vas a hacer lo correcto. Te vas a casar con Julio. Quiero a ese niño en una familia.
— No puedo...
— Natalia - respiró hondo — ¿Cuál es tu objeción para casarte con él? Julio es guapo, educado, tiene una buena situación financiera, no es un niño y...
— Ugh - hizo una mueca divertida — ¿Estás haciendo publicidad de él?
— Sólo digo la verdad. Y viene de la familia de un buen amigo. Sabemos muy bien quién es.
— Pero no hay amor entre nosotros, tía - abrió los brazos gesticulando mucho — Fue solo sexo.
— Para esto necesitas al menos atracción y ya veo que ustedes dos la tienen.