WILLIAM
— Eres un imbécil ¿como le va a firmar esos papeles?—Habló Manuel.
— Ya lo sé, no vez como estoy desesperado fui un imbécil, un tarado todo lo que me quieras decir me lo merezco—respondí ante el reclamo de mi amigo.
— Ahora debe estar riéndose el desgraciado, en una playa paradisiaca con nuestro dinero yo también soy parte de eta compañía que estas hundiendo —me dijo molesto Manuel.
— Es que el día que le firmé los papeles fue el día que también firme le divorcio, y no se me nuble solo firmé—respondí.
— William, por tu imbecilidad, vaciaron las cuentas de la compañía y agradece que el inteligente de Marcos no te hizo firmar para vaciar tus cuentas personales, y ahora todos los trabadores no tendr&a