A los minutos como no regresaba William, Manuel fue a buscarlo lo encontró en su despacho tomando un whisky y dando vueltas a punto de hacer añicos esa carísima alfombra persa.
—No entiendo que haces aquí encerrado bebiendo a media tarde, teniendo el cumpleaños de la princesa ahí afuera, de verdad que no te entiendo—Tratando de hacerlo reaccionar.
—Ella se atrevió a abofetearme cuando le exigí que sacara al DOCTORCITO de mi casa, se atrevió a defenderlo por encima de mí, ella cree que no me doy cuenta o que sigo siendo el mismo idiota de hace unos meses—Estaba de verdad molesto, no era por la bofetada, era por el hecho que ella haya defendido a Esteban, eran celos disfrazados de indignación.
—¿De verdad es solo eso? No quieres ver más allá de tus narices, esa mujer ni hora le da al