“no podría odiarte, aunque lo quisiera y te juro que lo he intentado” siento como sus labios se pegan a los míos, el beso es tierno, pero poco a poco comenzó a subir de intensidad dejando en evidencia todas las ganas que teníamos contenidas, poco a poco nos vamos separando y ella deja pequeños mordiscos en mi labio inferior ¡que delicia! “los interrogaremos y veremos qué podemos hacer, si quieres participar vamos, así tomamos una decisión juntas”.
“no quiero abogar por ellos, pero muchos de nosotros fuimos obligados a hacer cosas que no queríamos” le dijo
“está bien cachorrita, no llores más que me parte el alma verte así” me da otro pequeño beso y luego se dirige a Isabela que esta atónita mirándonos.
“perfecto entendí todo, y bueno iré a preparar el interrogatorio” nos dice y se marcha.
“¿necesitas algo pequeño?” le pregunta al pequeño que nos mira desde la escalera.
“manta mía, no tuya”
“jaja tendrás que buscarte otra, esta es mía pulgoso, pero te ayudare a buscar una tan linda com